Preguntas y más preguntas

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Hace unas semanas hice una entrevista de trabajo para un puesto en una central de reservas de una empresa multinacional. Buscaban urgentemente a una persona que hablara inglés y alemán para estar en un call center y no les importaba que no tuviera experiencia. Mi sorpresa fue que, al ver mi currículo, la persona que me hizo la entrevista me miró muy seria y me dijo: «Ah, pero veo que eres traductora. Nosotros buscamos a alguien que quiera quedarse en la empresa. Supongo que tu quieres dedicarte a la traducción». Supones bien, pensé.  Lo más gracioso fue que, dos minutos antes, ella misma me había dicho que los contratos que hacían eran de máximo 6 meses.

Cuento todo esto porque en ese momento no supe si reír o llorar. Se me ocurrieron mil cosas que decirle a esta persona. Podría haberle dicho que ojalá fuera traductora, que ojalá alguien me diera una oportunidad sin tener experiencia. ¡Ay!, si supiese lo complicado que es hacerte un hueco en el mundo de la traducción. Y es ahí a donde quería yo llegar. 

Hace más o menos un año que acabé Filología Inglesa y que decidí coger «el camino difícil». La mayoría de mis compañeros de promoción escogieron lo que yo llamo «el camino fácil». No es que lo sea, (que no se me echen encima los profesores) me refiero simplemente a que, cuando estudias filología, la gente automáticamente asume que quieres ser profesor de inglés. Pero ese no era mi caso, a mí nunca me ha gustado dar clase y tenía clarísimo desde el primer día que lo mío no era eso. Al acabar la carrera decidí formarme en traducción, concretamente, empecé el máster en Traducción Audiovisual del ISTRAD (que por cierto, está muy muy bien) y también empecé a informarme sobre el sector para saber cómo funcionaba, cómo acceder al mercado laboral y, en definitiva, cómo hacerme un hueco en la profesión. Es ahí cuando comenzaron los bombardeos de información, que básicamente me llevaron a una conclusión: hay que buscarse la vida. Y ahora diréis que en cualquier profesión tienes que buscarte la vida tú mismo. No lo discuto, pero en este caso especialmente. Puede que, a los estudiantes de Traducción e Interpretación les expliquen cómo funciona el mundillo durante la carrera, pero a los estudiantes de filología como yo, no nos dan ni una pista. Y son muchas las preguntas… ¿Quiero trabajar en plantilla? ¿Cómo y dónde busco empresas de traducción? ¿Me presento en la empresa con mi CV o lo envío por email? ¿Me hago traductor autónomo? Y en ese caso, ¿Cómo consigo clientes?  ¿Se puede vivir de la traducción? Y la más importante: ¿Por dónde empiezo?

Yo ya he pasado la fase de todas esas preguntas y durante estos últimos meses me he dedicado a mejorar y adaptar mi CV y a enviarlo a agencias de traducción, he hecho varias pruebas (fallidas) e incluso me estoy planteando ser traductora autónoma. Cómo veis, no he hecho más que empezar y os aseguro que siguen quedando muchas preguntas en el aire. Eso sí, ¡las ganas de adentrarme en en este mundo no me las quita nadie!

6 respuestas a “Preguntas y más preguntas

  1. Laura 23 agosto, 2015 / 6:14 pm

    ¡Hola, Raquel!
    Yo estudié Traducción e Interpretación, pero en la carrera no nos explicaron mucho sobre el mundo real, salvo algún profesor que era traductor o intérprete profesional y nos contaba alguna anécdota.
    Los inicios siempre son difíciles y estoy de acuerdo en que el mundo de la traducción es algo más complicado, porque no es fácil que te contraten en una empresa o agencia de traducción y ser autónomo tiene sus inconvenientes (aunque también tiene ventajas). De todas formas, seguro que con ganas y esfuerzo acabas haciéndote un hueco en este mundo, yo seguiré leyéndote porque me parecen muy interesantes este tipo de reflexiones.
    ¡Mucha suerte!
    Laura

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